La guerra entre Insurgentes y realistas en el movimiento de Independencia fue producido por el alzamiento encabezado por Miguel Hidalgo que fue de corta duración pero desencadenó la mayor guerra civil en la historia de Nueva España; como dijo el reconocido historiador Edmundo O’Gorman, la rebelión de Hidalgo «hirió de muerte al virreinato».
Guerra entre insurgentes y realistas
A finales de 1810 comenzaron a surgir guerrillas y ejércitos que buscaban destruir al gobierno virreinal y todo lo que éste representaba. Muchos de estos movimientos armados fueron muy pequeños, actuaron en espacios reducidos y tuvieron corta duración, pero en conjunto crearon gran desorden político y social, lo que obligó al gobierno español a organizar un vasto ejército y elevadas cantidades de dinero para contener la situación. Combinadas, insurgentes y realistas generaron una crisis social, política y económica muy profunda en casi todo el virreinato.
Guerra de conciudadanos: Insurgentes y realistas
Es importante señalar que este conflicto, contra lo que se suele pensar, no fue una guerra entre «mexicanos» y «españoles». La mayoría de los combatientes y quienes trabajaban para uno y otro bando habían nacido en Nueva España. Por eso se puede decir que la Guerra de Independencia fue, más que otra cosa, una guerra civil; una guerra entre conciudadanos. De hecho, hasta el momento mismo del estallido revolucionario muy poca gente habría imaginado posible un conflicto tan largo, sangriento y destructor.
Periodos de la guerra de independencia mexicana
La guerra se puede dividir en cuatro periodos:
a. Estallido popular
El estallido popular dirigido por Hidalgo y los conspiradores de Querétaro entre mediados de 1810 y principios de 1811, el cual afectó sobre todo al centro del virreinato.
b. Guerra revolucionaria
Una guerra revolucionaria que comenzó en 1811 y acabó hacia 1814, cuyo dirigente principal fue José María Morelos, cuyo clímax fue la declaración de Independencia, en 1813. En esta etapa el movimiento independentista se extendió en casi todo el centro y el sur del virreinato (desde Zacatecas hasta Oaxaca).
c. Estancamiento militar
Una etapa de estancamiento militar, muy extendida en lo geográfico (de Veracruz al estado de Guerrero, pasando por el Bajío), entre 1815 y 1820. Una de las figuras militares que más destacó en esta fase fue Vicente Guerrero, aunque su zona de influencia fue sobre todo el sur del virreinato.
d. Revuelta trigarante
Finalmente, la revuelta trigarante de 1821, durante la cual una parte del ejército realista al mando de Agustín de Iturbide se alió con los insurgentes que encabezaba Guerrero. La alianza de estos dos bandos estableció un nuevo país independiente.
Consecuencias de la guerra entre insurgentes y realistas
Las principales consecuencias de la independencia de México se dan en los siguientes aspectos:
Político
Desde el punto de vista político, una de las principales consecuencias de la guerra fue la militarización de la sociedad. En muy poco tiempo surgieron algunas oportunidades para ascender socialmente y adquirir poder mediante el uso de las armas, lo mismo del lado insurgente que en las milicias realistas organizadas por el gobierno. Se puede decir que mucha de la inestabilidad política del siglo XIX se originó en esta circunstancia.
Social
En el aspecto social, la guerra fragmentó las estructuras sociales y administrativas mediante las cuales la Corona había mantenido unificado el virreinato. Aunque tanto los insurgentes como los realistas aspiraban a ejercer el poder de manera unificada, la realidad fue que casi desde 1810 la mayor parte de los jefes militares de uno y otro bandos actuaron con gran autonomía. Imponer un solo mando fue difícil para todos. En medio de tantas autoridades compitiendo entre sí, fue hasta cierto punto natural que también proliferaran los bandidos y que muchas comunidades prefirieran practicar la neutralidad mientras se aclaraba la situación de la colonia.
Económicas
La guerra también trajo consecuencias económicas y geopolíticas de importancia, sobre todo porque hizo que se colapsara la producción de plata. Por un lado, esto desarticuló los mercados rurales y los urbanos (en particular de granos y textiles) que abastecían a los centros mineros y las ciudades; por otra parte, la falta de producción platera acabó con la principal conexión internacional de la economía novohispana, lo cual produjo el aislamiento y la fragmentación económica de la colonia.